lunes, 14 de mayo de 2012

En busca del equilibrio

  
“SI UN PERRO NO ACUDE A TI DESPUÉS DE HABERTE MIRADO A LOS OJOS, DEBERÍAS IRTE A CASA Y REFLEXIONAR CUIDADOSAMENTE”
No hay espejo más acertado en el que poder mirar las interioridades de nuestra vida que nuestros perros. Como no viven en un mundo de pensamientos, lógica, arrepentimiento o preocupación por el mañana, los perros interactúan entre ellos y con nosotros en el ahora, y en un nivel puramente instintivo. Su interés por nosotros se centra en cómo nuestro comportamiento personal y nuestra energía van a afectar al resto de la manada, y si algo en nuestro interior amenaza con perturbar la estabilidad de la manada, nuestros perros los reflejarán de inmediato.
 
El 95% de los casos de un perro inestable hay un humano inestable detrás. No se puede ni siquiera intentar corregir el comportamiento de nuestro perro si no corregimos antes el nuestro.
 
Si tienes un problema con tu perro lo más probable es que haya algo en tu propia vida que esté desequilibrado. A diferencia de los humanos, los perros no piensan únicamente y ante todo en sus necesidades. No anteponen a todo la protección de su propio ego. Los perros piensan en el bien de la manada, y si el humano con el que conviven no tiene las cosas claras, el perro descubrirá que vive en una manada inestable…y actuará de acuerdo con ello.
 
Nuestro perro siente nuestro estado emocional de muchas maneras distintas. Una de ellas es a través de su increíble sentido del olfato. Son capaces de sentir cambios casi invisibles en el cuerpo humano y en la composición química de nuestro organismo. Los perros pueden detectar el ácido butírico, uno de los componentes del sudor humano, en una concentración un millón de veces menor que la que el olfato humano puede detectarlo.
 
El 90% o más de los mensajes emocionales son no verbales. Constantemente estamos transmitiendo señales a través del lenguaje corporal, de nuestro rostro y la química de nuestro cuerpo, señales que nuestros perros leen sin dificultad. El lenguaje corporal humano es casi imposible de manipular.
 
Los humanos tenemos la increíble capacidad de racionalizar, de encontrar excusas para todo tipo de comportamientos que serían inaceptables en el mundo natural. El milagro de los perros es que son espejos de cuatro patas, y en lo que se refiere a nosotros nunca mienten.
 
Todo lo que necesitamos es mirar en nuestro interior antes de intentar solucionar la inestabilidad de nuestro perro. Y no podremos hacer nada en absoluto hasta que no admitamos que existe un problema.
 
La negación es una fuerza poderosa en los humanos. Para algunos de nosotros, nuestros perros son una proyección de nuestro propio ego, y los vemos a ellos tal como queremos vernos a nosotros, pero hasta que no consigamos vernos a nosotros mismos como somos en realidad, no podremos ayudarlos a ellos.
 
No podremos crear equilibrio sin conocernos a nosotros mismos, y no podemos alcanzar el liderazgo sin equilibrio. Y ahí es donde nuestros perros son un regalo del cielo, ya que pueden enseñarnos muchas cosas sobre nosotros mismos que de otro modo seríamos incapaces de apreciar.
 
Los humanos a veces dramatizamos las cosas para complicarnos la vida. Si tienes dificultades con tu perro, lo primero que tienes que hacer es echar un buen vistazo en tu interior provisto de toda sinceridad.
 
Una vez hemos asumido nuestra responsabilidad en la disfunción de nuestro perro, ¿qué hacer para corregirla?. La respuesta es que necesitas aprender a cultivar la energía serena y firme. Es la fuerza que hay en nuestro interior lo que puede transformarnos no sólo en el líder de la manada para nuestros perros, sino también el líder de la manada de nuestro propio destino.
 
Fuente: Cesar Millán

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