¿De qué raza es tu perro? Algunas son extremadamente independientes y poco prestas a colaborar, y tendrás suerte si aprende a venir cuando le llamas o a quedarse quieto. En este caso no hay muchas opciones.
Si de entrada, pertenece a una raza obediente por naturaleza, has de plantearte si le estás educando correctamente. Puede ser conveniente buscar la ayuda especializada de un adiestrador profesional.
Un perro de carácter dominante, es posible que tenga dudas acerca de si debe obedecerte o no. Revisa las normas a seguir para dejar claro que eres "el jefe".
Algunas normas que conviene seguir:
- Desde cachorro (¡especialmente cuando es cachorro!), al jugar
"a pelear" con el no debe permitirsele que se ponga encima.
Es una posición de dominio, e intenta alcanzarla para saber a qué
atenerse. Muy bien, pues se le explica: en cuanto se pone
encima, con firmeza, se le echa al suelo, se le pone panza arriba y
se le inmoviliza unos instantes.
- Se le dejan juguetes a mano, que serán suyos. Si intenta coger cualquier cosa que no se le haya dado, se le quita
sin contemplaciones.
- Si quieres hacerle mimos, que se los gane. Es decir, si te apetece acariciarle porque sí, dale cualquier orden (sientate,
ven aqui, ...) y cuando la cumple, se le hacen todas las caricias que te apetezcan (de paso esto sirve para educarle).
- Un privilegio del jefe de la manada (entre los cánidos) es que puede tocar a cualquier otro miembro del grupo cuando le apetece.
Tócale de vez en cuando, haciendo que se acueste y acariciandole todo el cuerpo, barriga incluida (ponerse panza arriba
es muestra de sumisión). Por supuesto, no debe permitirsele que él te toque siempre que le apetezca.
- Hay que usar "el palo y la zanahoria" con justicia, premiandole cuando obedece y castigandole
de alguna forma cuando no obedece. De hecho, hay que hacer que obedezca quiera o no. Así sabrá quien dá las ordenes,
y que a él le toca obedecer. Por supuesto, tan malo es castigarle sin motivo como no premiarle ni con una simple
caricia cuando se lo gana.
- Normalmente, convive más de una persona con el perro. El perro notará también la existencia de una jerarquía implícita,
y hay que tratar de no confundirle. Por ejemplo, supongamos que se trata de una pareja con dos hijos, mas el perro.
Un par de ejemplos:
- Uno de los niños se porta mal ante el perro. El perro lo sabrá (entienden más de lo que parece). Ha de ver que el
otro "cachorro" también recibe su castigo. De lo contrario se sentirá agraviado.
- Si el perro asume que el padre es el "jefe" (detecta que hay un "macho dominante", que es lo normal entre sus congéneres), si la madre tiene que pegarle una bronca al padre por el motivo que sea, es mejor que el perro no lo vea. De lo contrario asume que se puede cuestionar el rango, y cuando sea adulto tanteará sus posibilidades de "ascenso" en la jerarquía.
- Uno de los niños se porta mal ante el perro. El perro lo sabrá (entienden más de lo que parece). Ha de ver que el
otro "cachorro" también recibe su castigo. De lo contrario se sentirá agraviado.
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