jueves, 24 de mayo de 2012

¿Sabías qué...?El lenguaje del perro

Los perros, como todos los cánidos, se comunican a través de tres grandes grupos de señales ( hay que resaltar que una señal solo puede ser considerada como tal cuando es capaz de modificar la conducta de quién la recibe ) :
  • Vocalizaciones.
  • Expresiones faciales.
  • Expresiones corporales.
Dentro del primer grupo distinguimos el ladrido, el gemido y el gruñido. El primero es heredado de su antepasado el Lobo, si bien es verdad que este solo lo utiliza en su etapa infantil ya que, cuando un lobo llega a adulto deja de comunicarse de esta forma para utilizar el aullido. Los perros, sin embargo, mueren ladrando y parecen lobos que nunca alcanzarán la madurez.
El gruñido si es común a todos los cánidos y puede ser considerado como una señal de baja intensidad o como el primer paso de una secuencia .
Las expresiones faciales del perro son básicas en cuanto que sus músculos no están tan adaptados a la expresión como los nuestros.
En las expresiones corporales si contemplaremos un amplio abanico de señales que, unidas a las faciales y vocalizaciones, forman un completo diccionario de lenguaje canino.
Los ladridos pueden clasificarse por su tono en: 
  • Roncos o bajos.
  • Normales o medios.
  • Agudos o altos.
Por su intensidad
  • Alta.
  • Baja.
  • Media.
Por el timbre: 
  • Secos.
  • Prolongados.
  • Aullidos.
Así, un ladrido puede ser ronco, alto y seco para mostrar, en este caso, la decisión de pelear o defenderse.
Los gemidos y gruñidos pueden ser encuadrados entre los ladridos ya que pertenecen al mismo grupo de comunicación fónica de tal forma que, un gruñido ronco, profundo y mantenido suele ser el aviso de una posible defensa sobre todo, si va acompañado de una descubierta de colmillos y/o un erizamiento de las cerdas dorsales.  
Los gemidos suelen ser utilizados como funciones sociales y expresiones de dolor o alegría.
Son las expresiones menos evolucionadas dentro de las comunicaciones de vocalización.
Así, unos gemidos acompañados de movimientos horizontales de rabo indican siempre alegría o ganas de jugar.
Las siguientes son las señales de vocalización más frecuentes , usados por nuestros perros .
Si a ellas unimos las corporales y faciales verá  la cantidad de combinaciones que podemos descifrar en el diccionario perruno de nuestro amigo.
Todo es cuestión de paciencia y de aceptar la equivocación frecuente pero,  a lo largo de dos años, la comunicación con su perro será de lo más fluida :
  
¡Aquí pasa algo!. Ladridos de tono medio, encadenados y secos. Los utiliza nuestro perro cuando advierte peligro no inminente pero real. Puede ser el aviso de una invasión del territorio.

¡Estoy aburrido!. Encadenamientos de 4 ó 5 ladridos de tono medio con pausas de 3 ó 4 segundos de intervalo, secos y de intensidad baja. Suelen ser utilizados para llamar a otro congénere que esté lejos. Se producen más entre los especímenes subordinados y afectan a la paciencia del dueño y sus vecinos.

¡Hola, Jefe!. Ladridos agudos, secos de alta intensidad, cadenas de 1 ó 2. Los acompaña de movimientos horizontales de cola. Parecen “escopetazos” lanzados a la cara del dominante.

¡Dame agua!. Un solo ladrido agudo de intensidad alta y seco. Se acompaña de una mirada previa a la cara del Líder y una segunda en la dirección del objeto o recurso que el animal desea. El rabo no descansa mientras se produce esta comunicación.

¡Vamos a jugar!. Es el mismo ladrido anterior pero encadenado. El perro suele agachar el tren delantero y levantar el trasero. La mirada se fija en el individuo al que el perro llama.

¡Déjame en paz!. Gruñido de tono normal, de baja intensidad y prolongado. La mirada al receptor se hace de reojo y suele ir acompañada de una incipiente muestra de colmillos. Es el aviso de un dominante hacia un subordinado o cachorro molesto.

¡Ven aquí, cachorro!. Ladrido de tono alto, intensidad alta y seco. Se lanza aislado, es decir, uno solo y mirando en la dirección del receptor.

¡Estoy asustado pero soy capaz de atacarte!. Gruñido que se mantiene hasta que se convierte en un ladrido de defensa.

¡No estoy bien en este territorio!…¡Me quiero ir con los míos!. Comienza en ladrido de aburrimiento para convertirse en aullido suave y prolongado. Es muy normal en razas nórdicas e incluso en los Pastores belgas. Se atribuye a la falta de neotenia. Muchos dueños enseñan el arte de “cantar” a su perro, mediante el aullido.  En estos casos, que ya no son espontáneos, el aullido es una comunicación social o actividad lúdica del perro. Asimismo, en el Lobo, el aullido es empleado para comunicarse a largas distancias y convocar reunión de manada.

¡Esto no me gusta!. Gemido suave, prolongado de baja intensidad y sonido como ¡Piiiii…Piiiii!.  Es una auténtica comunicación de protesta.

¡Invasión real del territorio!. Ladrido de defensa, encadenado y con la cabeza vuelta hacia el peligro. Suele ir acompañado de erizamiento de cerdas dorsales, orejas enhiestas y boca cerrada (mientras no ladra).

¡Me duele, me rindo!. Chillidos que suenan como ¡Yaiii…Yaiiii….Yaiiii!. Con esta comunicación se acaban las peleas entre ellos (por abandono del vencido) o se queja el perro de la inyección “en hueso” que le administra su dueño.

¡Estoy estresado!. Jadeo continuo que puede estar acompañado del ¡Piii…Piiii!. Siempre va unida a esta comunicación, una facial, el estiramiento hacia atrás de los labios (parece como si trataran de reírse). Cuándo el jadeo es mas relajado, se acaba el ¡Piiii! los labios vuelven hacia delante y podemos decir el perro está liberando estrés.

¡Se acabó, me relajo definitivamente!. Gruñido tirando a ronquido, de baja intensidad y largo. El perro parece desplomarse en el suelo.

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